Echarle la culpa a los demás es demasiado sencillo. El problema es el asumirlas, cuando son netamente nuestras. Pero si los problemas nos llueven, en algún momento nos ahogan, y terminamos tirando manotazos para salir. La pregunta es la siguiente: ¿quién está ahí para agarrar tu mano?. O ¿quién creerías que estaría?.
Una corazonada me dice que es hora de pagar.
Cada ser tiene un destino... ♪
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